De dinero y felicidad!

Hace unos días en un programa de televisión, hablaban del dinero, y de si puede comprar la felicidad.
Un disparador simple, pero que encierra algo tan extremo y complejo como «pensar que la felicidad es una especie de mercancía, o bien adquirible» que en definitiva no sería más que «dar el lugar de todopoderoso» al dinero, en tanto medio para llegar a ella.
Mucha gente ante esto responde:
-Pero con dinero puedo viajar, tener la casa que deseo, puedo comprar aquello que me gusta, puedo disfrutar de lindos momentos, puedo acceder a la mejor medicina para prevenir enfermedades, puedo hacer regalos a mis seres queridos etc…-
Es cierto, pero eso no es felicidad, eso es simplemente: «comprar momentos de placer», más momentos, menos momentos, según la cantidad de dinero que tengamos, pero es sólo eso: «comprar momentos de placer».
La felicidad es un estado del ser interior, del espíritu, inigualable, no se compra, ni tiene precio. De hecho, la persona que fue considerada como la más feliz del mundo, es un monje del Tibet dedicado a la contemplación y al servicio.
Es feliz, sólo por SER, es feliz porque no necesita nada. Y esa es la clave. Si me conecto con la felicidad verdadera, la de mi ser interior, dejo de necesitar, me siento completo, y desde ahí me relaciono con todo lo otro, pero desde la ley de la manifestación, sabiendo que la abundancia divina está disponible siempre, y aún más si ponemos nuestros dones y talentos naturales a disposición de las demás personas.
Esto se da siempre, salvo si nuestra mente nos aleja de esa verdad: poniendo»excusas, miedos, o limitaciones» en general alimentados por la mayoría de los sistemas económicos, políticos actuales donde las necesidades son creadas permanentemente.
Pero es importante recordar que si estoy completo: disfruto cada momento, cada instante, sea donde sea que esté, sin importar el lugar o las condiciones; si estoy completo, difícilmente haga síntomas físicos (o enfermedades) porque éstos siempre son manifestaciones de un corrimiento de mi camino de vida: y además si estoy completo: puedo regalarle a los otros lo mejor de lo mejor: ayudarlos a reconectarse con esa felicidad.
Los niños con su maravillosa sabiduría, nos dan muestras de esto: cuando son pequeños y a pesar de tener los mejores juguetes o los mejores aparatos electrónicos, se entretienen con piedritas, papeles, o utensilios de cocina que le sacan a la mamá.
Ya de más grandes, la «necesidad creada», desde los estímulos externos (medios de comunicación, publicidades, carteles, internet etc.) y muchas veces hasta generadas por los mismos padres (quienes “al dar todo”, creen sanar sus propias faltas) se vuelven caprichosos e inconformistas.
Así que es sano recordar que el dinero es una energía como lo es todo, una forma de cambio, un medio con el que podemos comprar momentos de placer…y la felicidad es algo muy distinto, un estado del Ser, un estado de conciencia elevado.
Entonces, a soltar todo aquello que nos aleja de nuestra verdadera felicidad, la del interior, y a conectarnos con la vida desde allí, para empezar a verla de otra forma.
Es nuestra invitación de corazón.

Acerca de Maria Agustoni

MARÍA AGUSTONI. COACH-ESCRITORA, COMUNICADORA Estudié la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Realicé diversas especializaciones en marketing y publicidad. Hace varios años comencé un profundo camino de búsqueda espiritual, a través de terapias, cursos, técnicas de meditación y visualización y métodos de autoayuda. Realicé la Maestría en Reiki Usui y me formé en Coah Sistémico, descodificación emocional, análisis del lenguaje y psicogenealogía, entre otras disciplinas. En ese recorrido encontré mi Misión de Vida que tiene que ver con conjugar mis dos pasiones. Siendo Facilitadora para el desarrollo personal a través de la conexión interna de la esencia del ser y la armonía de cuerpo, mente y alma. Impulsada por la sanación crística y la psicoenergía. Como así también incansable difusora de los conocimientos y técnicas que he recogido en este proceso.

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