La vida mas alla de esta vida. La vida como esa energía que no tiene principio ni fin, que es eterna. y cuya eternidad se revela a través de Las señales divinas».
Sí, ese es el título que le hemos puesto a un libro en el que contamos nuestras experiencias de vivir guiados por la verdad de Dios para nosotros.
Un libro que permite conectar con otra dimensión de la existencia, y nos permite vivir con más plenitud y soltando uno de los miedos más ancestrales que limitan a la humanidad: el miedo al fin de nuestra existencia.
Un nuevo plano de conciencia
Como ya te explicamos en el post que llamamos: la clave para conectar con el ser todo es energía y la energía por un principio de la física, nunca termina, siempre se transforma. Entonces podemos decir que nuestra esencia es eterna, porque todo en la existencia lo es.
Te quiero acercar a un nuevo plano de conciencia, para que puedas conectar con esa certeza en tu vida, lo cual sin dudas, puede cambiarla para siempre, porque no hay fin, sólo cambio de plano y eso nos hace libres, despreocupados y nos conecta con la felicidad.
Te voy a hablar entonces de nuestra esencia divina. Y de por qué cuando el cuerpo físico deja este plano, sólo se trata de un cambio de estado. De una decisión de esa alma de que ya llegó el momento de abandonar ese traje que tenía puesto en esta vida para conectar con nuevas vivencias.
Te lo voy a contar desde mi propia experiencia, la cual hoy me hace tener la certeza de esa verdad, y lo voy a hacer para que puedas conectar con la paz que produce saber que somos eternos.
Te voy a pedir que lo leas desde tu corazón, abriéndote a una nueva conciencia, corriendo tu mente, y lo aprendido desde ella. Así y sólo así, conectar con esta verdad es posible.
Un día descubrí que la vida era mucho más de lo aparente. Que la frase que tanto me resonaba de pequeña del famoso Principito: «Lo esencial es invisible a los ojos», se hacía tan cierta como aquello que podía percibir en el mundo físico.
La primera señal
En un momento todo se ordenó y tuvo sentido: mis cinco amigos imaginarios con nombre y todo de cuando tenía dos años; las luces que solía percibir cuando era pequeña y mucho más.
Ese momento fue hace algunos años, mi tía, la hermana mayor de mi mamá se había ido de este plano. Yo estaba triste. No sólo por la partida física, sino también porque estaba travesando un momento especial en mi vida. Sabía que tenía que tomar una decisión personal, pero no tenía el impulso para hacerlo. Era de noche, estaba sola en el departamento donde vivía y de pronto tuve una sensación especial, sentí que mi tía estaba conmigo, no la vi, la percibí, su energía, su aroma, la sensación fue tan fuerte que me asusté, recé un largo rato a Dios para que le dé paz, entonces me dormí.
La noche siguiente tuve la misma sensación, volvía a rezar y me dormí. Al otro día, llegué un poco más temprano a casa, y la sensación volvió. Ahora mucho más presente.
Entonces respiré profundo y me animé a conectarme con ella, pensando:
«Si es mi tía, con el amor que me tenía, sólo me puede hacer bien».
Entonces sentí una voz que resonaba adentro mio: «- Tenés que ser feliz, sólo deseo que lo seas»-. Y luego la sensación desapareció y me quedé con un paz inmensa y profunda. Respiré y sentí que algo en mi interior se había movido y que mi tía me había dado el impulso que necesitaba para tomar la decisión que tenía que tomar.
Más señales
Y percibí que ese impulso venía de Dios, que me estaba enviando un mensaje a través de mi tía. Ese fue el primer paso. Un paso que me recordó sensaciones que había tenido de chica, y que al comenzar la escuela primaria evidentemente «oculté» para no sentirme distinta. Sensaciones que me conectaban con otro plano de existencia.
Que después de varios años volví a sentir .
Las señales continuaron llegando de a poco, y lo asombroso era la naturalidad con las cuales yo las sentía y las iba transmitiendo.
Se hicieron más presentes a medida de que iba conectando con mi interior, con la verdad para mi, haciendo visible que existía una conciencia interior más allá de mi mente y de mi cuerpo, y que esa conciencia estaba conectada con otro plano de existencia.
Y con el tiempo, cuando comencé a guiar a otras personas en su camino de conocimiento interior las señales no sólo llegaban para mi, sino también para quienes atendía.
Recuerdo de forma muy clara una vez en que durante el encuentro con una chica se presentó su abuela en el plano etérico para pedirme que le dijera a su nieta que estaba orgullosa de ella porque «se había convertido en una mujer de bien». Frase que luego su nieta emocionada confirmó como la preferida de su abuela.
O cuando un padre que se había ido de este plano varios años antes, me dictó una poesía para su hijo el día de su cumpleaños. Poesía, que, según luego me confirmó el hijo tenía el mismo tipo de rima con la que su papá escribía sus poemas.
Demás está decir que yo no conocía la historia de la abuela de la chica, ni la del papá del muchacho.
Sólo certeza
Por eso tengo la certeza, por eso siento una paz infinita. Por eso sé que más allá de esta hay una vida divina a la que vamos cuando así lo decidimos en co-creación con Dios, cuando nuestro cuerpo actual cumplió su misión y el traje que nos pusimos ya no nos sirve para la próxima «aventura»
Si pudiste abrir tu corazón, si pudiste conectar con la certeza de lo que te conté, entonces tu vida ya no va a ser la misma, porque recordar nuestra eternidad, es un paso importante hacia la felicidad.
Si quieres saber más, te invito a escuchar este audio
PRODUCTO MISIÓN SER. NIVEL 2. APRENDER Y ENSEÑAR
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