Somos libres por derecho divino. Nuestra esencia lo es.
Por eso la libertad está adentro nuestro. No depende ni de lo que tengamos, ni de dónde estemos.
Simplemente de hacer consciente esa conexión.
Es libre no el que más tiene, sino quién menos necesita.
Y eso no quiere decir que no tengamos que vivir según nuestros sueños y, disfrutando todos los regalos de Dios.
Eso no quiere decir que no vivamos con comodidad y con abundancia.
Ni que los más ricos sean menos libres que los pobres.
Soltar necesidades en cualquiera de los estadíos del ser es la clave para conectar con nuestra libertad.
Simplemente se trata de sentir la libertad adentro nuestro y de no necesitar.
La necesidad implica dependencia, es decir sentir que algo depende de algo o de alguien: sería decir: voy a ser libre, feliz, pleno si pasa tal cosa; o lo soy porque pasó tal cosa. El tema es que al tiempo se crea una nueva necesidad porque el vacío sigue estando, y una nueva dependencia aparece.
Cuando hay dependencia hay un vacío que llenar: y tendemos a llenarlo con bienes materiales, con relaciones, con el consumo de tal o cual cosa que puede llevar a una adicción, con un hábito obsesivo. La dependencia puede expresarse de distintas formas, en distintos grados.
Podemos tenerlo todo a nivel material, afectivo, de reconocimiento social, pero si sentimos eso como necesidades cubiertas, vamos a seguir siendo esclavos de esas necesidades.
La clave es sentirnos seres completos. Eso es ser a imagen y semejanza de la gracia y perfección de Dios. Chispas divinas de esa esencia. De hecho, alguien podría decir que Dios es imperfecto?
Resonar con la libertad, conectar con nuestro origen divino y puro; es el camino.
Camino que no sólo nos lleva al desapego, sino al orden perfecto en paz. Porque la libertad es perfecta y al sentirla, nos alejamos del caos, del desorden al que le teme la mente dependiente.
Podemos tenerlo todo a nivel material, afectivo, de reconocimiento social, pero si sentimos eso como necesidades cubiertas, vamos a seguir siendo esclavos de esas necesidades.
Un solo paso, volver a nuestra esencia y la paz es en nosotros. libertad
Y la paz es en nuestro entorno. Porque cómo vibramos atraemos y a nuestra vida llega todo aquello que esté en nuestra misma frecuencia.
Entonces si ahí afuera todo está en paz, si ahí afuera hay vientos de libertad, también es un indicio de que vamos por el camino correcto.
La libertad. Ese derecho divino
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